lunes, 23 de julio de 2007

Carrie en Nueva York

Se deja ver Sexo en Nueva York. Se deja ver una y otra vez, capítulos repetidísimos y revisitados sin orden. Me gustaría conocer alguna vez el discurso de esta serie, la sucesión de acontecimientos en el caso de que exista. Porque seguida así, la serie resulta caótica o apresurada. Y lo mejor es que poco importa. ¿Con qué noviete estará ahora Carrie Bradshaw? Da igual. Porque en el fondo, o eso me parece, el personaje interpretado por Sarah Jessica Parker está solo. Acompañada por un pitillo, Carrie recorre la ciudad sobre sus tacones magníficos.

Las mujeres, tal vez, vean Sex in the city porque se sienten partícipes de esas fascinantes conversaciones entre las cuatro amigas, en cualquier bar de comida rápida. Los hombres, en cambio (o yo, al menos, que soy un hombre raro) veo la serie, entre otras cosas, porque me gusta ver a Carrie fumando, a Carrie corriendo tras un taxi, a Carrie sentada en el borde de la cama ante el portátil, a Carrie apretando los labios. Y no, no piensen ahora ¡Son todos iguales, se quedan con el aspecto! No queridas, todas estas atractivas poses no son más que jeroglíficos. Yo me pregunto, ¿quién te quiere, Carrie Bradshaw?

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